El 12 de setembre de 1911 La Vall d'Uixó va fer un homenatge
al músic Francesc Peñarroja, durant el qual es va estrenar "Himne a la Vall", composició del
mateix Peñarroja amb versos de Lleonard Mingarro. L'acte tingué una enorme
repercussió en la premsa de l'època.
Aquest vídeo ens conta la història de la vall:
A molts aquest nom també ens resulta familiar, i així és, el
conservatori de La Vall
també rep aquest nom: Mossén Francesc Peñarroja.
A l’hora de posar el nom al conservatori hi havia tres opcions:
Carmen Tur, era cantant d’òpera
que va reble la influència del seu pare Manuel Tur, cantador
d'albades i jotes de més prestigi de la comarca.
L’aula de orquestra del
conservatori rep aquest nom.
Estanislao Marco, fou compositor i
guitarrista.
És una de les figures més desconegudes en la història de la
guitarra.Son pare, Manuel Marco, era guitarrista aficionat i li
va ensenyar les primeres nocions de l'instrument. Les lliçons de solfeig les va
rebre del seu germà Manuel.
El saló d'actes del conservatori rep el seu nom.
Francesc Peñarroja,el qual fou professor del conservatori superior de València i
formà part activa en el reconeixement del Conservatori de La Vall d’Uixó com centre oficial. No es troba molta informació d’ell, però sabem que fou el que va
escriure el Himne de la Vall.
Finalment, es va decidir posar el nom d’aquest últim,és a dir, de Francesc
Peñarroja, ja que fou qui més relació va tindre amb La Vall.
Mientras a escala global la música clásica se enfrenta a una gran cri sis,
debido a las nuevas tendencias y tecnologías, en Venezuela su enseñanza es un
proyecto artístico y social en auge.
El sistema de las orquestas juveniles, fundado
por el maestro José Antonio Abreu hace tres décadas, cuenta hoy con 300 mil
estudiantes de música académica o clásica, dentro de una red que conforman 145
orquestas juveniles, 130 infantiles y 35 profesionales, teniendo a la juvenil
Simón Bolívar como su máximo exponente. Con este proyecto, además de promover
la enseñanza musical, también se intenta rescatar de cierta manera a muchos
jóvenes de escasos recursos y con problemas, que han tenido así la oportunidad
de cambiar su vida mediante la música.
"Utilizamos la música como herramienta de rescate
de la niñez y la juventud, para apartarlos de la droga y el crimen. Dedican sus
horas libres a hacer música y aprenden valores que no encuentran en casa, en la
calle, en la televisión", explica Valdemar Rodríguez, subdirector
ejecutivo del Sistema. Entre los valores menciona el trabajo en equipo, la
solidaridad y el esfuerzo personal.
Un gran papel en este proyecto lo tiene Gustavo Dudamel, director de la Orquesta Juvenil
Venezolana Simón Bolívar, quien a sus 31 años está considerado por la crítica
especializada como uno de los grandes personajes del mundo de la música.
Gustavo Dudamel es
la nueva estrella internacional, un director de orquesta destinado a comerse el
mundo entero. La afición por la música le viene de su padre, un trombonista
enamorado de la salsa, y de su abuela, que le encaminó hacia la música clásica.
Debutó con el violín antes de dirigir su primer concierto cuando tenía tan sólo
14 años.
Dudamel hace lo imposible por introducir el repertorio tradicional y
contemporáneo de Latinoamérica en sus conciertos internacionales. Ha
contrapuesto en un mismo concierto a autores de la talla de Shostakovich con
tres compositores hispanos. "Son casi de la misma época, de la misma
generación y aunque vienen de mundos distintos, música sólo hay una",
sentenció.
Simon Rattle, director de la Filarmónica de Berlín, considera a Dudamel
"el más increíble talento" de los directores de orquesta que se han
cruzado en la larga trayectoria del maestro británico. Razón de ello, en el
último año el joven director ha trabajado con la élite mundial, entre ellas la Sinfónica de Boston, la Sinfónica de Chicago, la Filarmónica Checa
y la Philarmonica
de Londres. También ha dirigidoDon Giovannien
la Scala de
Milán. "Cada concierto es un reto", aseguraba en el Royal Albert
Hall. También opina sobre “el Sistema”, el cual
considera "un milagro" y el horizonte hacia el que debe aspirar
"la música de todo el mundo". "No sólo se trata de una cuestión
de arte, sino de una profunda iniciativa social. El Sistema ha salvado muchas
vidas y continuará salvándolas", afirma el maestro de la batuta.
Sobre este proyecto, se ha realizado un conocido
documental tituladoTocar y Luchar.
Producido en Venezuela en el año 2005, y con una duración de 70 minutos,el
documental narra el que es el proyecto
orquestal y social más importante de las últimas décadas. La
historia de un sueño musical de cientos de miles de niños y jóvenes
venezolanos, y otros miles en América Latina, llevada de lamano
por algunos de los más celebres directores y músicos contemporáneos: Claudio
Abbado, Sir Simon Rattle, Plácido Domingo, Giuseppe Sinopoli y Eduardo Mata,
entre otros. Tocar y Luchar cuenta la fascinante experiencia de seis niños
venezolanos y su amor por la música; una historia que manifiesta que 'sólo
quien sueña, logra lo imposible'.
Hoy, 'El Sistema' es un programa social emblemático del Estado
venezolano que beneficia a más de 400.000 niños, niñas y adolescentes y que ha
recibido un especial impulso bajo el gobierno del presidente Hugo Chávez.
Actualmente, 'El Sistema', perteneciente a la Fundación Musical
Simón Bolívar, que está adscrita a la Presidencia de la República, recibe el 91
por ciento de su presupuesto del Estado venezolano, que desde 1999 lo ha
incrementado 6.000 por ciento.
El programa exporta su metodología fuera de Venezuela,
ayudando a montar experiencias similares en una veintena de países. Las redes
del Sistema se sienten en prácticamente toda América Latina y algunas regiones
europeas. No les faltan recursos humanos puesto que el Sistema se nutre de una
red de profesores, maestros y ejecutivos que años atrás formaron parte de las
orquestas infantiles y juveniles.
Llama la atención también un tema también tratado
por Dudamel en una rueda de prensa en
Londres, donde explicaba que la música
clásica está un poco resentida, porque la juventud no tiene mucho interés en
ella, debido a las nuevas tendencias de la música pop y la tecnología; pero en
Venezuela sucede lo contrario, pues cada vez es más grande el interés de los
jóvenes por estudiar y hacer música.
Posteriormente añade: “La música popular es
música buena, que me encanta; yo puedo ir a una discoteca a bailar, escuchar
música electrónica y la disfruto igualmente que escuchando a Beethoven. No
hablamos de mala música, sino que debe haber una concepción distinta, porque
para el joven la clásica o académica es una música aburrida, antigua, que da
sueño, que la usa para el momento de ir a dormir, y es todo lo contrario: el
efecto Mozart, que se ha estudiado tanto, abre un poco más la inteligencia”.
En rueda de prensa señaló que siendo radical y
directo sí podemos decir que hay un analfabetismo musical en la sociedad,
aunque reconoció que tiene gran valor que la gente aprecie la música popular,
moderna o pop.
Citó que en Venezuela, gracias al proyecto
fundado por Abreu, por lo menos 80 por ciento de la audiencia de la orquesta
son jóvenes menores de 25 años, y habla de salas para 3 mil personas; por eso,
lo han dicho grandes músicos y conocedores, el futuro de la música está en
América Latina, y en Venezuela como punto de referencia.